Se cumplen 60 años de la creación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina. El Conicet buscan acercarle la ciencia a la gente y acelerar el desarrollo del país.
por Carlota Ciudad
Exitosos estudios sobre transgénicos y cepas de cerveza y avances en la lucha contra el cáncer son algunos logros del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet), que este mes cumple 60 años siendo el ente más importante del país en su campo.
Las cerca de 25.000 personas que integran el centro trabajan bajo la premisa de que “la ciencia y la tecnología son prácticamente el único camino hacia un país desarrollado, moderno e inclusivo”, explica a EFE el presidente, Alejandro Ceccatto.
Para el Conicet es clave transmitir a la gente que su trabajo no sirve solo para satisfacer la curiosidad de sus investigadores, sino que buscan acercarle la ciencia a la gente y acelerar el desarrollo del país, continúa.
El que fue exviceministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva entre 2008 y 2015 destaca entre las investigaciones más prometedoras apoyadas por el centro el desarrollo de unas semillas de soja transgénica resistentes al estrés hídrico o el hallazgo de la molécula galectina, que juega un papel clave en la propagación del cáncer.
“El Conicet tiene una tradición muy marcada por su origen de investigación en el área biomédica, que es el área más fuerte, pero no podemos decir que hay una exclusivamente, que sea preponderante, porque todas las áreas del conocimiento tienen cabida dentro de la institución”, contextualiza Ceccatto, doctor en Física.
Precisamente, los investigadores, técnicos, profesionales de apoyo y becarios doctorales y postdoctorales que trabajan en la actualidad entre 260 centros se dividen en ciencias exactas, biológicas, ingenierías o sociales, llegando a abarcar la mayoría de las disciplinas.
El estudio sobre una cepa de cerveza de gran interés comercial, la investigación astronómica o la oportunidad de analizar uno de los mayores yacimientos de fósiles del mundo son otras de las posibilidades que tienen los expertos del Conicet, que, a criterio de Ceccato, son la continuación de varias generaciones de científicos en el país.
“Hemos tenido a lo largo del siglo pasado múltiples manifestaciones que muestran la particular dedicación que Argentina ha puesto en la ciencia. El hecho mismo de tener tres premios Nobel en ciencias duras es un hecho inusual para un país en vías de desarrollo como Argentina”, razona.
A fines de 1860, Domingo Faustino Sarmiento, presidente de Argentina y “gran estadista”, inauguraba el Observatorio Astronómico en la ciudad de Córdoba “cuando prácticamente no había desarrollo de la astronomía en el hemisferio sur”, continúa.
La historia del Conicet mismo comenzó el 5 de febrero de 1958 de la mano de Bernardo Houssay, Premio Nobel de Medicina.
El centro está valorado como la mejor institución científica gubernamental de América latina, según el ranking SCImago 2017, que evalúa 5.000 instituciones científicas y universidades centradas en la investigación en el mundo.
Este liderazgo que ha mantenido desde hace años, sin embargo, cada vez está mas dividido con el resto de países de Latinoamérica.
“Ahora otros países han encontrado también su camino y su desarrollo en este sentido”, añade Ceccatto, lo que ha generado “lazos muy fuertes de cooperación”, como el que tiene Argentina con Brasil desde hace cerca de 25 años.
El titular del Conicet espera que el futuro “sea tan promisorio como ha sido en los 60 años pasados” y se mantiene optimista sobre un aumento de científicos incluso cuando en el sistema universitario “no se privilegia” a los estudiantes de carreras de ciencias y tecnologías.
“Creo que es un proceso que lentamente se está produciendo y de alguna manera revitaliza al Conicet porque los estudiantes de estas carreras constituyen las áreas de las que se alimenta esta institución”, concluye.
EFE.